SI TUVIESES TODO EL TIEMPO DEL MUNDO, ¿LO ADMINISTRARÍAS IGUAL?
"No hay que dejar que el reloj y el calendario nos impidan ver que cada momento de la vida es un milagro y un misterio"
Muchas veces nos excusamos en que
no tenemos tiempo, en que nuestro día es un completo caos y en que tenemos que
hacer antes muchas cosas más. El gran problema es que estamos habituados a
confundir los términos de importancia y urgencia, y así, solemos poner por delante lo urgente que
no suele ser lo importante.
Es entonces, cuando te ponen la
zancadilla para ver si cuando te des de bruces contra el suelo, espabilas. La
pena está en que no todo el mundo es capaz de decirnos que vamos por el camino
equivocado, ni dónde está esa piedra que tenemos que eliminar o al menos pulir
cada vez más para que desaparezca y no nos caigamos siempre por el mismo motivo.
Suele darse que el que te lo dice es el que más te conoce, el que más te
quiere. Ese que es en el fondo un gran valiente, pues es en esas ocasiones es
cuando más mordemos y cuando nuestro orgullo ensalza nuestra parte más animal. Es
curioso cómo volvemos después (de media hora o de unos cuantos días –depende de
cada uno-), con la cabeza gacha y la frase de “tenías razón…” grabada a fuego
en nuestra frente.
Pero lo más importante no está en esa caída, sino en cómo te levantas y que actitud eliges para volver a enfrentarte de nuevo a ese defecto. Un defecto que conocen perfectamente los que están cerca de ti pero del que no depende su amor por ti (o no debería) puesto que solemos decepcionar siempre por lo mismo y, aunque eso duela, lo que de verdad importa es la fe y la confianza que ponen en nosotros creyendo que podamos mejorar.
De esta forma, poder llegar a organizarnos bien el tiempo y siempre siendo muy flexibles de cambiarlo puesto que lo más importante puede darse en el mismo momento en el que tenemos algo urgente que hacer. Y eso para todo, porque "la verdadera generosidad para con el futuro consiste en entregarlo todo al presente" y no debe existir ninguna patética excusa pues "los que dicen que no tienen tiempo para mirar una flor son los que no tienen tiempo para disfrutar de la risa de sus hijos, para hacer amigos o andar descalzos bajo la lluvia".
De esta forma, poder llegar a organizarnos bien el tiempo y siempre siendo muy flexibles de cambiarlo puesto que lo más importante puede darse en el mismo momento en el que tenemos algo urgente que hacer. Y eso para todo, porque "la verdadera generosidad para con el futuro consiste en entregarlo todo al presente" y no debe existir ninguna patética excusa pues "los que dicen que no tienen tiempo para mirar una flor son los que no tienen tiempo para disfrutar de la risa de sus hijos, para hacer amigos o andar descalzos bajo la lluvia".
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