martes, 22 de abril de 2014

AQUÍ Y AHORA

Tras la misma ventana van circulando, día tras día, lluvia y rayos de luz. El árbitro anuncia el comienzo del primer round. No obstante, ninguno prestamos atención ya que aunque tengamos una pequeña inquietud por saber cuánto tardará el invierno por darse por vencido, nos obcecamos en el resultado de esta pelea: la primavera ganará obedeciendo al ciclo de estaciones. No pensamos tanto en el transcurso como en el final de la batalla.

Pero es que parece que no lo podemos evitar. Estar constantemente pensando en aquello que esperamos y creemos que llegará. Y es que cuando ya aparece una micropartícula de pensamientos de esta clase, el objetivo que ya empezábamos a acariciar, se aleja con creces hasta convertirse en una hormiga a la que queremos volver a aplastar. Ya lo decían los maestros zen: "Si tienes un ojo puesto en el destino que esperas alcanzar, solo te queda otro para que te guíe en el viaje".

Porque todos sabemos la teoría: lo que importa es aquí y ahora. Llenamos nuestra mente de preocupaciones sobre cosas que luego no ocurrirán. Malgastamos el tiempo presente en pensar en un futuro que puede que no llegará. Solo hace falta que nos recordemos una y otra vez que hoy es un regalo que tenemos que aprovechar llueva o el sol brille en lo más alto. Porque nuestra alegría no debe estar sometida a las caprichosas leyes de la naturaleza. Porque por eso somos hombres libres, que deciden si quedarse en la cama o salir a bailar bajo la lluvia.