Cuando el tiempo comienza a refrescar, cuando los días se hacen más cortos y cuando las despedidas y los recados se aglutinan, se empieza a notar que el comienzo de curso está a la vuelta de la esquina. La rutina, el día a día, los horarios fijos, las madrugadas, los cafés indeseables... Pero realmente lo notas cuando coges tu bic que no es que te lo hayas comprado, sino que estaba por ahí, y comienzas a tomar apuntes. Es entonces, al ver tu letra de imbécil, cuando te das cuenta de que el curso ha empezado y de que hay que ponerse las pilas, quieras o no.
Y luego están esas ganas que vienen y van. Los pros y los contras. Adiós verano, adiós tiempo libre, adiós ritmo lento.... pero también es un saludo a los buenos amigos, a la vida "independizada" en el piso y, sobre todo, a hacer cosas de provecho que eso siempre nos reconforta. Y es curioso cómo además de las buenas y malas razones para comenzar, cómo el inicio de curso es totalmente diferente al anterior, a todos los anteriores. Comienzas de forma distinta. Ya no estás rodeado de desconocidos, hay gente que ha ido entrando y saliendo de tu vida a lo largo de la carrera y afrontas el nuevo curso con una madurez ya más o menos establecida. Y por eso es distinto y tienes un nuevo curso que disfrutar.
Y luego están esas ganas que vienen y van. Los pros y los contras. Adiós verano, adiós tiempo libre, adiós ritmo lento.... pero también es un saludo a los buenos amigos, a la vida "independizada" en el piso y, sobre todo, a hacer cosas de provecho que eso siempre nos reconforta. Y es curioso cómo además de las buenas y malas razones para comenzar, cómo el inicio de curso es totalmente diferente al anterior, a todos los anteriores. Comienzas de forma distinta. Ya no estás rodeado de desconocidos, hay gente que ha ido entrando y saliendo de tu vida a lo largo de la carrera y afrontas el nuevo curso con una madurez ya más o menos establecida. Y por eso es distinto y tienes un nuevo curso que disfrutar.
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