Quiero estar ahí. Cuando te levantes y vayas a revolverte el pelo. Cuando te bebas corriendo un café porque no llegas a tiempo. Quiero estar ahí, cuando vuelvas de nuevo. Esperarte en el sofá bajo esa manta llena de agujeros que tantas horas le ha quitado al tiempo.
Quiero estar ahí, cuando te falte el aliento. Ser esa roca sobre la que te apoyes cuando te encuentres en un ambiente tenso. Quiero estar ahí, cuando sientas que no puedes más, que quieres dejarlo todo y ponerte a gritar. Que mis besos sean ese bozal suave que te transporte a otro lugar.
Quiero estar ahí, cuando llegue tu calma. Cuando creas que eres capaz de construir mil castillos de arena. Cuando te creas que jamás nadie ha tenido esa idea. Quiero estar ahí para escuchar your beating heart mientras media sonrisa ilumina tu cara. Quiero verlo.
Quiero estar ahí, respirándote. En cada esquina, en mi rutina. Quiero despertarme y verte ahí, rodeándome el cuello. Beber de tus palabras, vivir de tus miradas. Solo esperar tus llamadas. Ser tu única admirada. Quiero estar ahí, en mitad de la noche, observándote sin que te enteres preguntándome porqué tuve tanta suerte de que escogieses quedarte. Sonreír y acurrucarme junto a tu cuerpo mientras me voy durmiendo.
Quiero estar ahí, perdiéndome entre tus camisas, perfumándome solo con tu risa. Quiero bailar contigo al ritmo de las olas mientras nos salpican los astros desde el cielo. Quiero brindar contigo por todos esos buenos momentos y los que vendrán, por todo lo que tendremos que superar. Quiero ser ese pulmón que te ayude a respirar. Quiero ponerme a jugar contigo a degustar. Nuevos platos, nuevos bares, degustar nuevas sensaciones y emociones.