viernes, 25 de octubre de 2013

STOP. DO YOU HAVE TO THINK.

Por fin llegaba el momento de hacer las maletas. No hacía falta más que elegir algún modelito para tres días, una buena libreta con hojas en blanco y un bic bien cargado de tinta. Bueno, evidentemente, también las ganas. Se trataba de aislarse durante unos días para reflexionar y meditar. Sobre la vida y otras cosas. Pararte un momento a mirar si estás en el rumbo adecuado y no vas por el sendero equivocado. Detener de alguna manera el tiempo en un lugar apartado donde apenas hay cobertura y el pitido del Whatsapp no te molesta. 

Últimamente la gente solo piensa en actuar, actuar y actuar, y se considera al reflexivo un pirao. Pero, ¿de qué valen las acciones si no has meditado antes por qué hacerlas? ¿De qué vale haber tenido un día maravilloso si no lo has vuelto a reconstruir en tu cabeza? Cuando nos limitamos a actuar, todos esos pensamientos están en la carpeta de la papelera, preparados para ser borrados definitivamente. La memoria entonces se va perdiendo en el olvido y cuando quieres recordar algo es más difícil porque hace mucho que no haces ejercicio.  

Siempre me he considerado una persona reflexiva, meditativa. Tanto que muchas veces me pierdo en la espiral de mis pensamientos... y no digo que eso sea bueno. Para nada. Todo tiene su equilibrio, e incluso esto muchas veces tiene el peligro de caer en el egoísmo de pensar solo en las cosas de uno mismo o de cualquier vanalidad superficial. No obstante, hoy en día agradezco esta cualidad mía que en ocasiones se convierte en defecto e imaginad cuántas cosas tengo que pensar que tengo que dedicarle un fin de semana largo a meditar... todos deberíamos hacer este ejercicio de vez en cuando, irse unos días a desconectar, aunque si no puedes siempre podrás sacar huecos en tu día a día:

1. Por la noche, salir a la terraza y mirar las estrellas. 
Entender entonces que eres una hormiga a los ojos de la luna.
2. Después de comer, ir a tomar el café a un local vacío y con buen ambiente. 
De esos tipo antiguos y con música baja de fondo.
3. Ponerte en contacto con la naturaleza.
Si no es en una montaña que sea en el parque de al lado de tu casa. 
4. Al despertarte, estar unos minutos en tu cuarto. 
Cuando todos siguen dormidos para poder pensar qué harás en el día de hoy.
5. Pasear por algún lugar apartado del ruido. 
Donde no hay gente conocida y donde cada lugar es una nueva historia que contar.

No olvides llevar siempre contigo una libreta, tipo Moleskine, donde apuntar todos tus pensamientos, ideas y planes por hacer, detalles que tener con tu familia o pareja, etc.

Always writing, always thinking.


jueves, 24 de octubre de 2013

EL AMOR ENTRE COSTURAS

Me apetece hablar de amor, sí. Y no porque sea una romántica empedernida, que también, sino porque últimamente lo echo bastante en falta en nuestra sociedad. El otro día vi el estreno de "El Tiempo entre Costuras", una serie cuyo argumento gira entorno al amor. En este primer capítulo, vemos cómo una joven desea ser amada y es así que está con un hombre que le adora hasta el punto de prometerse con él. No obstante, ella rompe su compromiso al conocer a otro que despierta su pasión. Al principio todo son miradas, tonteos, sonrisas seductoras, caricias... de esta manera, la relación se basa en el físico y en la atracción. Es así, que pasado un tiempo, éste la abandona dejándola embarazada. 

La mayor parte de las relaciones de hoy en día se basan en eso, en el propio placer y no sólo desde el punto de vista sexual, sino también del ordinario. Somos una sociedad muy cómoda que busca todo el rato el bienestar individual y cuanto menos requiera esfuerzo, mejor. Pero se nos olvida que cuando hablamos de amor, hablamos de sacrificio. Pues amar es buscar la felicidad y el bienestar del otro antes que el propio. 

1. El amor, para que sea auténtico, debe costarnos. Santa Teresa de Calcuta.
2. Ten en cuenta que el gran amor y los grandes logros requieren grandes riesgos. Dalai Lama.
3. La paradoja del amor es ser uno mismo sin dejar de ser dos. Erich Fromm. 
4. El amor es el olvido del yo. Henry Frédéric Amiel.
5. El amor es la pasión por la dicha del otro. Cyrano de Bergerac.
6. El amor y la fe en las obras se ve. De Sismondi.
7. Solo desea la felicidad de la persona amada sin exigirle en pago nuestra propia felicidad. Anónimo.
8. La medida del amor es amar sin medida. San Agustín.
9. El amor verdadero empieza cuando no se espera nada a cambio. Antoine De Saint-Exupéry.
10. Cuanto más se entrega, tanto más es feliz. Santa María Faustina Kowalska.


martes, 1 de octubre de 2013

DETALLES

Había echado en falta tantos detalles, tantos gestos de cariño que, aunque le seguía queriendo, ahora estaba más fría. Fue esa horrible sensación de querer dar, amar, y no poder, puesto que la otra persona no estaba abierta a ello. Y lo peor de todo era que se había dado cuenta de esta falta de todo cuando él decidió poner fin a su relación y no antes, cuando quizás tuvo la oportunidad de llamarle la atención.

Y ahora él quería volver a estar juntos y demostrarle lo que nunca fue: alguien dispuesto a darlo y a dejarlo todo, solo por ella. Alguien cuya primera prioridad tuviese su nombre. Ahora se encontraba en una situación muy difícil. Él, que no paraba de decirle y darle cosas bonitas, mientras que ella estaba rota por dentro. En realidad era una romántica y todas esas cosas le perdían, pero sabía que esta vez tenía que tener la cabeza bien fría y serena. No dejarse llevar por una carta o una rosa fresca. Le agobiaba el hecho de no saber qué decisión tomar todavía, pero le relajaba pensar que el tiempo se lo diría y que ella estaba segura de lo que quería en la vida.