jueves, 30 de mayo de 2013

MIRROR, MIRROR

Los ojos muestran más que un mero color. Mantener la mirada con alguien nos ayuda a saber un poco más de esa persona: si tiene miedo, si es segura, si es atrevida... Este gesto normalmente suele durar apenas unos segundos, y  no es corriente que la gente se sostenga la mirada. Que te miren directamente a los ojos es algo íntimo pues revelamos parte de nuestro ser y por eso mismo, tendemos a bajar la mirada, mirar hacia otro lado, etc. 

Viendo cómo afecta esto con las personas de nuestro alrededor creo que "mirarte a los ojos" es un buen ejercicio de autoreflexión sobre nosotros mismos. ¿Cómo hacerlo? Muy sencillo, simplemente mirándose a un espejo, pero no cómo lo haces normalmente al peinarte, afeitarte o maquillarte, sino estar quieto mirándote a ti mismo, buscando más allá de tus pupilas. Es ahí cuando podemos comenzar a hacer preguntas a nuestro yo: ¿Soy feliz? ¿Cuánto he mejorado desde aquella vez?... Son preguntas totalmente transparentes, sinceras, ya que suele apartar el autoengaño en esos momentos pues no respondes ante nadie más, solo ante tí mismo. También ayuda si estamos enfadados o llorando, mirarnos para calmarnos: "tranquilo, no pasa nada, no tiene importancia...".

Os invito a hacer este ejercicio de vez en cuando. El tiempo corre, y con el paso de los años, cada vez más rápido. Vivimos en un mundo cambiante y conviene muchas veces pararnos a pensar en quiénes somos, en quién nos estamos convirtiendo o en quién queremos convertirnos.

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