miércoles, 29 de mayo de 2013

MRS.

Volver a casa es de lo mejorcito que hay, sobre todo cuando en la mesa surge un tema de conversación interesante y el tema que nos atañe es de lo más cotidiano y sencillo pero que quizás muy pocos se han parado a pensar sobre él. Se trata de las señoras, sí, esas señoras que abusan de su condición de serlo y que se presentan como víctimas de la sociedad de las que abusan la mayor parte de los ciudadanos, principalmente los más jóvenes. Estas facetas se pueden ver en múltiples entornos del día a día, veamos unos cuantos ejemplos:

1. La mítica del autobús. Aunque medio bus esté vacío ellas buscan su sitio al lado de la puerta e incluso si estos están ocupados son tan descaradas de preguntar en alto: "¿quién me va a dejar su sitio?"

2. La que, aun llevando paragüas, va pegada a los bordillos de la calle cuando está diluviando y si tienes la mala suerte de toparte con ella y tú vas sin paragüas te mira sin quitarte el ojo y dandote a entender que eres tú el que se debe de apartar por su avanzada edad.

3. La de la fila de comulgar o de los que quieren confesarse en la Iglesia. Siempre se cuelan, parece que se van a morir en ese momento y que por eso tienen prioridad a pasar delante de ti. 

4. Y todas esas que dan empujones creyendo que ellas sí tienen el derecho de hacerlo.

En fin, no digo que todas las señoras estén englobadas en esta condición, ya que ninguna de mis abuelas es de esta calaña. Solo quería describirlas un poquito para que tengais cuidado y sepais reconocerlas.

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